domingo, 18 de mayo de 2014

Hate him



-Entiendo sus razonamientos, es más, si no fuese yo la que siente esto, los compartiría. Son simples, evidentes, sencillos, son una manera de poner algo de lógica a esta historia, son como el punto de la i, así hacen más reconocibles la historia. Pero no son lo suficientemente buenos como para que yo los tenga en cuenta. Yo-Tartamudee-Yo le quería-Afirmé con total autodeterminación-Le quería de una manera difícil de comprender hasta para gente estudiosa como usted, perdóneme, le quería desde el amanecer hasta el anochecer, todos los días, incluso aquellos lluviosos o los nevados, le quería a todas horas, cada segundo del mismo. Quería sus besos, oh, no, esos los amaba, sí, eso es, amaba sus besos, amaba cada cosa absurda que podía amar de él, lo hacía, hasta sus reproches, lo amaba, así de simple, de lógico, así, es sencillo.
-¿Y, él te amaba a ti?
-Esa es una pregunta complicada, no soy él, pero creo que sí, quiero creer que sí. Sería más sencillo si yo pensase que no lo hacía, entonces, el odio y el rencor habitarían en mí y no tendría ningún impedimento en romper las fotos y los recuerdos, sería todo más rápido, supongo.
-Y entonces, ¿Qué pasó?
-Aún no lo sé, he repasado mentalmente cada acción estúpida de las últimas semanas y no encuentro el motivo válido. Nosotros nos queríamos, nos queríamos como se quería antes, con las llamadas diarias, los cafés a las tardes y los regalos en aniversarios y San Valentín, nos queríamos digamos, que de una manera romántica e infantil. No teníamos miedo a nada juntos, y eso es mucho decir, porque soy una cobarde empedernida, pero con él, daba todo menos miedo. Éramos tan felices, y. un día, dejamos de serlo, así de simple y sencillo. Nos convertimos en un pretérito perfecto simple y debíamos seguir cada uno por su lado. Él con su valentía, yo con mis miedos. Y aún no sé cómo hacer para que esto duela menos, para que no se me quiebre la voz cuando hablo de él, cómo seguir siendo la persona que era, sin que él esté dándome la mano, cómo creer que es posible avanzar, si ahora mismo, no me apetece.
-Quizá debas empezar a odiarle-Dijo, mientras clavaba su mirada en el reloj de la pared
-¿Odiarle? ¿Por qué?
-Por desdibujarte, hacer de ti alguien diferente y hacerte creer que ser como él quería que fueses, es mejor que ser como eras. Por fingir que el mundo es sencillo. Por lo que quieras, pero ódiale, ódiale y rompe sus fotos, odiale y olvídale. Eso es, olvídate de él.
-¿Y después?-Pregunté
-Vuelve a ser la que eras.
-¿Así de simple? Vuelvo a ser yo y fin, ¿Así acaba la historia?

-No, olvídalo, vuelve a ser tú y fúgate, fúgate conmigo, así acaba la historia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario